La Cuaresma es un tiempo que nos invita a vivir el ayuno y la abstinencia, pero estas renuncias relacionadas con la comida no son las únicas formas de penitencia. San Juan Bosco enseñaba que también se puede ayunar con las diversas partes del cuerpo.
Los que conocieron a Don Bosco señalaban que era riguroso en las exigencias prescritas por la Iglesia para el tiempo litúrgico de la Cuaresma. No obstante, el fundador de los salesianos también alentaba a practicar otros tipos de ayuno.
En las "Memorias biográficas de Don Bosco" (tomo 12) se cuenta que un día el santo recomendó a sus muchachos ayunar dominando las diferentes partes del cuerpo.