Riley Goodger nació a las 22 semanas y 3 días de gestación. Era un bebé prematuro extremo pero respiraba por sus propios medios. Sin embargo, los médicos del hospital Cardiff de la Universidad de Gales se negaron a asistirlo y lo dejaron morir porque según la ley británica antes de la semana 24 no hay nacimientos sino abortos.
Los protocolos de atención en Gran Bretaña indican que los médicos solo pueden asistir a los bebés que nacen después de la semana 24, el actual límite para efectuar un aborto legal en el país. Los padres de Riley en memoria de su hijo han logrado un cambio en esta práctica.
Riley nació respirando independientemente en la madrugada del 29 de diciembre del 2013. 90 minutos después de su nacimiento falleció en el Hospital Cardiff de la Universidad de Gales en el Reino Unido.