El semanario católico Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, criticó la política penitenciaria del país y señaló que los programas de resocialización de los presos deben tomar en cuenta al núcleo familiar porque de lo contrario seguirán fracasando.

“Las políticas públicas que quieren resocializar a los internos sin tomar en cuenta el núcleo familiar que los rodea, no sólo han fracasado rotundamente, sino que también han motivado a que un gran porcentaje de los excarcelados reincidan”, señaló en su editorial, reproducido por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) el pasado domingo.

El editorial señaló que el sistema penitenciario mexicano “colapsó desde hace tiempo” y el hacinamiento de las cárceles afecta también a “325 mil familias que viven de una u otra forma la experiencia carcelaria, familias que son señaladas en sus comunidades y que, en muchos casos, son excluidas de los programas sociales”.

“Varias entidades de la República, entre ellas la Ciudad de México, no cuentan con programas para la atención a los familiares de presos, y es común que estos terminen por pagar lo que su interno o interna cometió”, advirtió.

Asimismo, indicó que la decisión de haber mezclado a presos que cometieron delitos menores con los de alta peligrosidad, ha hecho que los primeros “salgan de la cárcel capacitados para secuestrar o matar (…), convirtiéndose en sanguinarios capos que, desde la cárcel, han formado a los miembros de su banda delictiva”.

“No podemos ser indiferentes y evadir la delicada situación penitenciaria que se vive en México. La monstruosa corrupción que impera en estas instituciones nos revela claramente que con el presente sistema y con el personal que lo dirige, jamás se va a inhibir el delito ni será imposible encontrar la salida hacia una auténtica reinserción social de los presos”, advirtió.

Desde la Fe también criticó a los legisladores que “con la carcelización del sistema penal mexicano (…) han contribuido a que el círculo vicioso ‘delito-cárcel-contaminación-delito’ se encuentre en un callejón sin salida”.

“Hoy más que nunca es necesario buscar nuevas formas para la ejecución de las penas a los delitos menores, recurrir a los adelantos tecnológicos en materia carcelaria, profesionalizar y depurar el personal penitenciario y, sobre todo, tener la corresponsabilidad social de que todos podemos aportar en la prevención del delito y en la construcción de la paz y de la no violencia”, finalizó.