En el Vaticano todos rezan por los frutos del segundo viaje apostólico del Papa Francisco a América Latina pero una persona vive estos días de modo especialmente intenso. Se trata de la religiosa Andrea Romero Saltos, la única mujer ecuatoriana que trabaja en la Santa Sede.
"Yo estoy muy feliz... Ayer lo veíamos llegar (a Ecuador) y me siento con mucha alegría y mucha esperanza, porque la visita del Santo Padre es de verdad la esperanza del Evangelio... yo sé que va a ser una gracia para cada una de las personas, de los hogares, de las familias".
"Que abran su corazón, que abran las puertas más allá del credo religioso. Porque el Papa como Vicario de Cristo pasa por esta vida con la intención de hacer el bien y abrazar con la misericordia del Padre a todos", explicó la hermana Romero a ACI Prensa el 6 de julio desde el Vaticano.