El gobierno irlandés anunció el lunes 29 de enero que el referéndum que podría liberalizar las leyes de aborto de Irlanda se someterá a votación a fines de mayo o principios de junio, lo que provocó una petición de respeto a la vida humana de parte de los obispos del país.
"La dignidad innata de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, es un valor para toda la sociedad, enraizada tanto en la razón como en la fe", dijo en un reciente mensaje pastoral el Arzobispo de Armagh y Primado de toda Irlanda, Mons. Eamon Martin.
"La Iglesia Católica, en común con otras personas de buena voluntad, enseña que poner fin a la vida de un niño por nacer, como el quitar la vida a otra persona inocente, siempre es malo y nunca puede justificarse", continuó el Arzobispo.