Para ello editan una revista cuatrimestral que tiene una tirada de 110 mil ejemplares. "Este año nos han llamado unas 14 personas para contarnos que vieron la revista, leyeron la newsletter del CARF o se encontraron alguna publicación nuestra en las redes sociales y esto les llevó a plantearse ser sacerdotes o entrar en la vida religiosa", asegura.
El director general señala que el esfuerzo material y económico que supone para las diócesis enviar a un seminarista a estudiar al extranjero vale la pena porque "todos los sacerdotes, y en especial estos que vienen a formarse, serán quienes después levanten el nivel de los católicos de su diócesis. En nuestro caso vienen a las facultades que están en España e Italia, y normalmente los obispos suelen enviar a quienes después serán los formadores de los seminarios en las diócesis de origen".
Para asegurar que estos sacerdotes una vez formados retornanen a sus diócesis, "los obispos, que son quienes seleccionan a quienes envían a estudiar a Europa, y el propio estudiante, firman que volverán a sus diócesis de origen para trabajar en lo que el obispo les encomiende", explica.
Rosales precisa que quien desee ayudar a esta fundación de apoyo a la formación de sacerdotes puede colaborar de muchas maneras. "Sin duda hace falta dinero para mantener a estos sacerdotes y seminaristas, y por eso mucha gente realiza donativos. Pero es absolutamente necesaria la oración para sostenerlos. Por eso lanzamos la campaña "Yo rezo por ti". Porque estos sacerdotes y seminaristas necesitan nuestro apoyo material, pero también espiritual". Más información sobre cómo ayudar AQUÍ.