El Papa Francisco hizo un especial pedido de oración a todos para que los sacerdotes y los obispos no cedan a las tentaciones de las riquezas y la vanidad, y no terminen convirtiéndose así en lobos en vez de ser los pastores que los fieles necesitan.
En su homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa comentó un pasaje de los Hechos de los Apóstoles en el que San Pablo exhorta a los "ancianos" de la Iglesia de Éfeso a vigilar sobre sí mismos y sobre todo el rebaño, a ser pastores atentos a los "lobos rapaces".
Es una de las "más bellas páginas del Nuevo Testamento" – dijo Francisco – "llena de ternura y de amor pastoral", en la que se destaca "la bella relación del obispo con su pueblo". Y explica que los obispos y los sacerdotes están al servicio de los demás, para custodiar, edificar y defender al pueblo. Es, dijo el Papa, "una relación de protección, de amor entre Dios y el pastor y del pastor y el pueblo":