Aunque antes de ir a Chile Remedios había comenzado una relación con un joven "alto, de 1.85, ingeniero, que jugaba al baloncesto", ella sabía que estaba llamada a "otra cosa, quería ser misionera y no podía mantener una familia y salir fuera a cuidar a la gente. No podía repartirme en dos". Finalmente, a la vuelta de la misión, terminó su relación con el chico.
Remedios también explica en el vídeo que a pesar de que había estado en contacto durante muchos años con las Cruzadas de Santa María, un instituto secular femenino muy presente en la UCAV, nunca tuvo "ganas" de ser cruzada, pero con las carmelitas le bastó un par de encuentros.
"Y eso que es bastante radical porque yo soy una chica que le gusta la moda, llevar tacones, arreglarse y allí no haré nada de esto, pero estoy feliz y encantada de dejarlo todo por el Señor", asegura.
Remedios entró en el convento de las carmelitas de Zarautz en febrero de 2019, tras esperar seis meses y antes de terminar la carrera de enfermería porque, según explicó, "cada uno se conoce, y las cosas del mundo me tiran mucho, la moda, la fiesta… Tengo que empezar ya, porque como lo deje pasar se me va a ir, y no quiero levantarme dentro de dos años y pensar ¿qué he hecho con mi vida? Y no ser feliz".