Santa Rita de Casia es patrona de los matrimonios difíciles. Ella tenía un esposo muy violento, pero finalmente se arrepintió gracias a que Santa Rita ofreció sus sufrimientos a Dios. El marido fue asesinado muy joven y los hijos murieron por una enfermedad. Luego de esto, Rita ingresó a un convento agustino.
Santa Mónica, madre de San Agustín, es patrona de los matrimonios en problemas. Ella no sólo sufrió por su hijo descarriado, sino también porque su esposo tenía mal genio y su suegra era muy crítica. Mónica llevaba una vida de oración íntima con Dios y nunca se cansó de pedirle por su familia, hasta que el Señor la recompensó con la conversión de su hijo, su esposo y su suegra.
Santa Isabel de Portugal es patrona de la paz familiar. Fue princesa y se casó con Diniz, rey de Portugal, que la maltrataba y le fue infiel por años. Sin embargo, ella rezó hasta que Diniz se convirtió y le pidió perdón. Isabel también servía a pobres y enfermos, y arriesgó su vida para poner paz en su familia. Tras la muerte de Diniz, ella regaló sus bienes y fundó un monasterio.
Santa Dorotea de Montau es patrona de los matrimonios difíciles, pues sufrió la muerte de ocho de sus nueve hijos, y el maltrato de su esposo, pero ella igual lo animaba en su fe y profesión. Tras la muerte de su esposo, se hizo monja y devota de la Eucaristía, y recibió el don de profecía.