Como consecuencia, el Ministro de Exteriores de Turquía convocó al Nuncio Apostólico en ese país para protestar por la condena del Papa.
Además, en su discurso ante los parlamentarios pakistaníes, Erdogan acusó a la Unión Europea y a Occidente de financiar y apoyar a organizaciones terroristas como Al Qaeda, Estado Islámico o el kurdo PKK. "En nuestra lucha contra estos grupos terroristas, hemos comprobado que las armas que usan tienen su origen en Occidente", denunció. "Quieren desestabilizar Turquía y al mundo musulmán", aseguró.
Estas acusaciones contrastan con la actitud que, desde el comienzo de la guerra, ha mantenido Turquía en relación a Siria y al auge del Estado Islámico. Las autoridades turcas han sido acusadas de permitir la entrada en Siria de yihadistas provenientes de diferentes lugares del mundo, además de facilitar la financiación de Daesh mediante la venta de petróleo y otras actividades que beneficiaban a éste y otros grupos salafistas.