El párroco de la Virgen de la Paloma, P. Gabriel Benedicto, recordó con cariño al laico David Santos y al sacerdote Rubén Pérez Ayala, que murieron a causa de la explosión que el 20 de enero destruyó parte de uno de los edificios pertenecientes a la parroquia madrileña.
Ese día fallecieron también otras dos personas. El P. Pérez se encontraba junto a Santos en el momento de la explosión. El sacerdote murió horas después en el hospital a causa de las graves heridas. "No tengo más que agradecimiento por haber sido testigo de la vida de estos dos grandes amigos. Estaban siempre juntos y así les encontró la muerte", expresó el P. Benedicto.
El P. Rubén Pérez Ayala tenía 36 años y había sido ordenado sacerdote el 16 de junio del año pasado. David Santos, de 35 años, estaba casado y era padre de cuatro niños. Las dos víctimas eran amigos cercanos y miembros del Camino Neocatecumenal.