Diversos sectores ciudadanos denunciaron la presión ejercida por el lobby “gay” que terminó con la aprobación en el Parlamento Europeo de una polémica resolución que promueve decididamente la agenda homosexual, lésbica, bisexual y transexual y contempla posibles sanciones contra los Estados miembros que se opongan a ella.
El texto considera como un derecho el “matrimonio” homosexual, la adopción de menores por parte de éstos, las manifestaciones como las del “Orgullo Gay” y promueve la educación de niños y jóvenes en la ideología y cultura “gay”.
Así, juzga como uno de los “sucesos preocupantes” en Europa la “prohibición de manifestaciones por la igualdad o por el orgullo gay”, como es el caso de la legislación lituana y polaca. Ante ello, el Parlamento instó a los Estados miembros a “asegurar que se respeta efectivamente la libertad de manifestación”.