"Una madre nunca se rinde ante las necesidades de sus hijos: nunca deja que les falten atenciones, sorpresas, ternura e incluso los necesarios reproches; consigue inventar soluciones y remedios inesperados, incluso ante situaciones difíciles o ante la incomprensión de los demás. Es porque una madre ama, y el amor hace libres y creativos", añadió.
Por tanto, insistió el Papa, el amor de madre "es lo que hace que los 'hijos' se sientan en casa, seguros, aceptados más allá de sus capacidades, logros, condiciones sociales, origen y filiación religiosa, porque una madre ama a todos, no hace diferencias".
"Así es como ama Cristo, así es como ama la Madre Iglesia, y así es como deseo que sepan amar también ustedes, con esta maternidad doméstica, con un corazón generoso y con 'fuerza de codos' (esfuerzo). Así darán alegría y esperanza a muchos, y un ejemplo concreto de vida sana, precioso sobre todo para los jóvenes, a menudo desorientados por modelos existenciales frágiles y vacíos".
Una madre es como un 'samaritano' para sus hijos