Este lunes, durante la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a los fieles a no caer en las rivalidades ni en la búsqueda de la vanagloria, "dos polillas que devoran la consistencia de la Iglesia, la debilitan"; sino más bien actuar con espíritu de humildad y concordia, trabajando en el servicio a los demás.
Reflexionando sobre la carta de San Pablo a los Filipenses, el Papa afirmó que la alegría de un obispo es ver en su Iglesia amor, unidad y concordia. "Esta armonía es una gracia, lo hace el Espíritu Santo, pero nosotros por nuestra parte, debemos hacer de todo para ayudar al Espíritu Santo a realizar está armonía en la Iglesia".
Por esto, San Pablo invita a los Filipenses a no hacer nada "por rivalidad o vanagloria", ni a "luchar uno contra el otro, ni siquiera para hacerse notar, para aparentar ser mejor que los otros". "Se ve que esto no es solamente cosa de nuestro tiempo", sino "que viene desde antes", señaló el Papa.