El motivo de la larga travesía de los reyes magos hasta Belén es "adorar al rey nacido. Ver y adorar, dos acciones que se destacan en el relato evangélico: vimos una estrella y queremos adorar", afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, y en la que señaló que estos sabios venidos de Oriente expresan así "la nostalgia de Dios" que tiene todo hombre.
Desde la Basílica de San Pedro, el Pontífice dijo que los magos, de este modo, "expresan el retrato del hombre creyente, del hombre que tiene nostalgia de Dios; del que añora su casa, la patria celeste. Reflejan la imagen de todos los hombres que en su vida no han dejado que se les anestesie el corazón".
El Pontífice explicó que fue esa nostalgia "la que empujó al anciano Simeón a ir todos los días al templo, con la certeza de saber que su vida no terminaría sin poder acunar al Salvador. Fue esta nostalgia la que empujó al hijo pródigo a salir de una actitud de derrota y buscar los brazos de su padre. Fue esta nostalgia la que el pastor sintió en su corazón cuando dejó a las noventa y nueve ovejas en busca de la que estaba perdida, y fue también la que experimentó María Magdalena la mañana del domingo para salir corriendo al sepulcro y encontrar a su Maestro resucitado".