El Papa Francisco, en su catequesis de la Audiencia General del miércoles, habló de la esperanza que necesita el mundo de hoy.
"La vida es con frecuencia un desierto, y es difícil caminar en él", reconoció el Santo Padre, "pero si nos apoyamos en Dios, puede llegar a ser hermosa y ancha como una autopista. Basta con no perder la esperanza, basta con seguir creciendo, siempre, a pesar de todo".
El Pontífice llamó a ser pequeños, pero grandes en la fe, porque "son los pequeños, que se han hecho grandes por medio de la fe, los que saben esperar. Ellos son los que transforman el desierto del exilio, la soledad desesperada, el sufrimiento, en una carretera plana sobre la que caminar para cumplir con la gloria del Señor".