El Papa Francisco recibió a los participantes de la sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y afirmó que esta unidad deseada por Jesús "es una de mis principales preocupaciones"; sin embargo, recordó que "la unidad no es uniformidad".
"La unidad de los cristianos no implica un ecumenismo de 'marcha atrás' en virtud del cual se deba renegar de la propia historia de fe; ni tampoco se puede tolerar el proselitismo, que envenena el camino ecuménico", añadió el Pontífice durante la audiencia realizada en el Palacio Apostólico.
El Santo Padre recordó los diferentes encuentros ecuménicos a los que asistió, tanto en Roma como fuera de Italia, a lo largo de este año y afirmó que "cada una de estas reuniones ha sido para mí una fuente de consuelo al constatar que el deseo de comunión permanece vivo con intensidad".