Un domingo más, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus junto a miles de fieles en la Plaza de San Pedro, a los que invitó a vivir cada día reconociendo a Dios como Señor de cada uno y a mirar el futuro con esperanza.
"El creyente mira la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud, y responder con valentía a sus desafíos", aseguró.
El Pontífice habló del Evangelio del día que trata "una cuestión espinosa", la de "la legalidad de pagar los impuestos al emperador de Roma, al cual estaba sometida Palestina en tiempos de Jesús".