Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de los mártires, sepan decir no a la idolatría del dinero, no a la falsa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y digan sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con ánimo grande y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construirán una Albania y un mundo mejor sobre las huellas de sus antepasados.
Dirijámonos ahora a la Virgen Madre, que veneran sobre todo con el título de "Nuestra Señora del Buen Consejo". Me acerco espiritualmente a su Santuario de Escútari, al que tanta devoción tienen, y pongo en sus manos toda la Iglesia en Albania y todo el pueblo albanés, particularmente las familias, los niños y los ancianos. La Virgen María los guíe para caminar "juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda nunca".