El 21 de diciembre, la agencia de ayuda humanitaria Catholic Relief Services (CRS) informó que continúa evaluando los daños y ayudando a los damnificados del tifón Rai, que dejó casi 400 fallecidos, miles de desplazados y mucha pobreza.
Entre el 16 y 17 de diciembre, el tifón Rai azotó varias veces el sur y centro de Filipinas, provocando "inundaciones, deslizamientos de tierra, marejadas ciclónicas y daños generalizados en la agricultura y propiedades por un valor de miles de millones", indicó CRS.
Hasta ahora se han identificado al menos 375 personas fallecidas, muchas zonas aún son inaccesibles por carretera y se han quedado sin comunicación, sin luz y con poca agua potable, informaron medios internacionales. "La electricidad y las telecomunicaciones tardarán semanas en restablecerse", señaló CRS.