La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), hizo un llamado a la sociedad a ayudar a las mujeres embarazadas que están solas y pasan por dificultades, para que la desesperación no las lleve a abortar, pues "un solo aborto es un enorme fracaso de la solidaridad y el desarrollo en nuestra sociedad".

En su mensaje con ocasión del Día de la Vida, los obispos advirtieron que el país se encuentra en un momento preocupante de su historia a raíz de las leyes que atentan contra la vida, como el aborto, y la promoción del "permisivismo sexual con la falsa esperanza de que el preservativo o el recurso a la 'píldora del día después' proporcionen una práctica 'segura' del sexo".

"Como Pastores del 'Pueblo de la Vida' tenemos que denunciar la expansión en nuestra sociedad de una verdadera 'cultura de la muerte', o sea una visión del ser humano que deja sin fundamento sus derechos inviolables y diluye en la conciencia social el valor de la vida y la dignidad de la persona", señalaron.

Recordaron que Cristo ha señalado que no solo es homicida quien da muerte física, sino también "el que desprecia o insulta a otra persona o ignora su existencia, pues es como darle muerte en el propio corazón".

En ese sentido, indicaron, México está ante "un verdadero 'desafío cultural', un cambio sin precedentes en el corazón y en la conciencia de nuestras familias y de la sociedad. Este desafío requiere una respuesta a distintos niveles.

La primera acción, señalaron, es atender "las situaciones donde la vida de una persona esta? en peligro".

"No basta que animemos a una mujer a que se sobreponga a las presiones que la empujan al aborto, si no le ofrecemos los medios para ello. Por eso, es imprescindible el precioso servicio que tantas asociaciones ofrecen a las madres embarazadas para que puedan llevar adelante su embarazo. Agradecemos a todos su trabajo en este campo, a la vez que los alentamos para que perseveren a pesar de tantas dificultades".

Destacaron que el país está tomando conciencia "de que, muchas veces, el aborto se produce porque la mujer se encuentra sola ante una fuerte presión que la empuja al aborto. La sociedad tiene la responsabilidad de ofrecer a estas mujeres la posibilidad de elegir que su hijo llegue a nacer".

En su mensaje, los obispos también exhortaron a los bautizados a cumplir con la misión encomendada por Cristo y fomentar el reconocimiento de la dignidad humana, pues toda vida es sagrada e inviolable. "Toda persona humana es imagen y semejanza de Dios", recordaron.

"El bien de la sociedad requiere que cada uno asuma más seriamente su propia responsabilidad: médicos, enfermeras, maestros, políticos, sacerdotes, dueños de hospitales, etc., en una palabra todo los bautizados y personas de buena voluntad, que tienen en sus manos la acción y formación de las conciencias para la construcción de un futuro más humano".

"Dios quiera que este tiempo de cuaresma, tiempo de renovación y de conversión, nos ayude a renovar nuestra propia conversión y compromiso por la vida", expresaron.