Los Obispos integrantes del Consejo Episcopal de Paz de la Conferencia Episcopal de Colombia recordaron que "la paz es obra de la justicia", por lo que, reconociendo que el diálogo es el mejor camino para acabar con la violencia, se deben encontrar salidas que no dejen "apariencia o tipo de impunidad".

En un mensaje emitido el 19 de abril, los Obispos colombianos, encabezados por el Presidente de la CEC y Arzobispo de Bogotá, Cardenal Rubén Salazar, remarcaron que "la paz requiere una justicia que acentúe la dimensión restaurativa de la pena y sea capaz de reparar, integralmente, a las víctimas del conflicto armando".

"Por tal motivo, es necesario encontrar, en diálogo con las víctimas y la sociedad civil, salidas políticas y jurídicas que faciliten la reincorporación a la sociedad de los actores armados evitando, sin embargo, cualquier apariencia o tipo de impunidad", señalaron.

Los Obispos colombianos indicaron que "nuestro corazón de pastores se ha sentido siempre particularmente cercano a las víctimas de la violencia".
"A ellas queremos reiterarles nuestro decidido apoyo y solidaridad" señalaron.

Los Prelados aseguraron que "el camino de la reconciliación y del perdón pasa necesariamente por el reconocimiento de su dignidad y por la tutela eficaz de sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación".

"Es por ello necesario, y es nuestra solicitud respetuosa a la mesa de negociaciones, que el proceso en curso abra espacios de participación que permitan visibilizar, escuchar y atender los legítimos requerimientos de quienes, de una parte o de otra, han sufrido directamente las consecuencias del conflicto", demandaron.

El mensaje del Consejo Episcopal de Paz de la CEC indicó que "sigue firme en nosotros la certeza de que el diálogo es el mejor camino para poner fin a tantos años de inhumana violencia".

"La construcción de una Colombia reconciliada y en paz, impone la necesidad de un diálogo transparente, sin horizonte distinto del que determina la búsqueda auténtica del bien común de todos los colombianos".

Los Obispos también subrayaron el "tema de la tierra", que calificaron de "fundamental para la construcción de una paz auténtica".

"Para construir la paz, consideramos urgente crear las condiciones para una digna calidad de vida de las familias campesinas. Su actual situación de empobrecimiento es caldo de cultivo de la violencia", advirtieron.

Los Prelados colombianos recomendaron además, para conseguir el cese definitivo del conflicto armado en Colombia, "incorporar a la vida civil a los militantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN)".

"En ese sentido, la Iglesia asegura su colaboración para facilitar acercamientos que puedan favorecer y potenciar el encuentro y el diálogo".

El comunicado demanda además a los grupos subversivos activos en el país a que "cesen sus ataques a la población civil y, con hechos concretos, pongan en evidencia su auténtica voluntad de paz", pues "la pervivencia del conflicto armado sigue causando grave daño al pueblo colombiano, especialmente a los más pobres y desfavorecidos".

Los Obispos señalaron que "es comprensible que el proceso de negociaciones suscite perplejidad y dudas en algunos sectores de la población", por lo que exhortaron a "los líderes políticos y sociales del país, de todas las fuerzas, para que sus eventuales diferencias se expresen siempre en un clima de respeto y de constructivo intercambio de ideas".

"La paz es un anhelo constante en el corazón del hombre, es un don de Dios que debemos pedir y acoger en nuestra vida", señalaron, por lo que invitaron a los "fieles y al pueblo de Colombia a orar y a hacer propia la causa de la paz aportando, cada uno desde su condición, los elementos requeridos para la construcción de un estado de derecho que permita la convivencia en la justicia, la solidaridad y la fraternidad".

"Oremos unidos por la paz, con fervor y convicción, invocando la bendición abundante de Dios sobre nuestra Patria", concluyeron.