Obispo pide que confíen a la Iglesia vida de joven en estado de inconsciencia permanente

Obispo pide que confíen a la Iglesia vida de joven en estado de inconsciencia permanente
Marcelo Diez

El Obispo de Neuquén (Argentina), Mons. Virginio Bressanelli, ofreció a la familia de Marcelo Diez, que lleva 19 años en estado de inconsciencia permanente, que confíen en la Iglesia y en el centro de Lucha Neuquina contra el Cáncer, donde se encuentra actualmente hospitalizado, para que cuiden del joven "y de su vida, hasta que su curso en esta tierra se cierre naturalmente".

En un comunicado publicado el 2 de mayo, Mons. Bressanelli señaló que este ofrecimiento lo hace la Iglesia convencida "de que el derecho a la vida es el primero y fundamental de todos los derechos".

"En nuestra condición de cristianos reconocemos a Dios como Padre y al prójimo como hermano; por eso nos sentimos comprometidos en cuidar y favorecer la dignidad, la calidad y la sacralidad de la vida humana en todos los tramos de su existencia, cualquiera sea su estado de salud; como dice nuestra Constitución Nacional: 'desde su concepción hasta la muerte natural'".

En Marcelo, señaló el Prelado, los cristianos "vemos a Jesús, quien nos recuerda que toda persona es valiosa a los ojos del Padre Dios", sostuvo en un comunicado".

La solicitud a la familia fue realizada por el Obispo de Neuquén luego de que el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén determinara, el 19 de abril, que las hermanas de Diez tendrán la responsabilidad de suspender todas las medidas que actualmente sostienen la vida de Marcelo.

El Prelado advirtió que "estamos frente al misterio de la vida de un hermano de la que no puede ser dueño ni administrador absoluto una tercera persona. Desde el punto de vista humano es una vida que hemos de respetar, cuidar y sostener hasta que su estado se revierta, como esperaban sus padres, o hasta que su curso se cierre naturalmente".

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"Quitarle las atenciones que hoy se le brindan lo condenaría a una muerte atroz", dijo.

Esa muerte, indicó, constituiría "una eutanasia por omisión y un delito por abandono de persona. En estos casos nos queda algo que califica y dignifica a todos: redoblar nuestra capacidad de amor y resignar con humildad nuestro afán de omnipotencia".

Mons. Bressanelli señaló que es falso "decir que Marcelo Diez está 'enchufado', como se publicita, pues no está conectado a nada. Ni lo ha estado en estos últimos años".

El Prelado también desmintió que el joven esté en estado terminal o agónico, pues "dentro de su cuadro goza de una salud estable, sin ni siquiera resfríos o escaras desde hace mucho tiempo".

"No corresponde a la verdad decir que se le esté dando un tratamiento desproporcionado o de ensañamiento terapéutico. Lo único que se le brinda es el sostén vital básico que no se le puede negar a ningún ser humano: alimentación e hidratación por vía enteral, higienización, afecto y asistencia espiritual", indicó.

El Obispo dijo que el cuidado brindado a Marcelo, "aunque se realice por vías artificiales, es siempre un medio natural de conservación de la vida, no un acto médico. Por lo tanto, es un servicio ordinario y proporcionado que lo exige el reconocimiento de la dignidad humana del paciente".

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Mons. Bressanelli calificó de una mentira "decir que quitarle el sostén básico es 'dejarlo partir en paz'", pues "en un estado terminal, donde los cuidados naturales no cumplen su función, nadie se opondría a la suspensión de los mismos. Mientras que en la situación actual de Marcelo, la suspensión de ese sostén, provocaría activamente su muerte por omisión de la debida ayuda".

Suspenderle el cuidado, señaló, "corresponde a una verdadera práctica eutanásica, rechazada por la ley llamada de 'Muerte Digna'".

"No corresponde, por lo tanto, llamar 'muerte digna' a una muerte atroz como esta, provocada por el cese de la alimentación e hidratación".

El Prelado señaló que "la ciencia médica sabe y describe la crueldad de esta práctica. En este tipo de muerte, nadie excluye la posibilidad de grandes sufrimientos y de una parcial conciencia de ellos".

Mons. Bressanelli indicó que si bien "la actual situación de Marcelo conformaría un cuadro de alta discapacidad irreversible", la cual no se puede curar, "merece siempre la asistencia básica".

"Por su dignidad de ser humano, corresponde que se le brinde la calidad de vida posible en esas circunstancias", dijo.

"Marcelo ha encontrado en LUNCEC (Lucha Neuquina contra el Cáncer) una familia que le brinda cariño y que se hizo totalmente cargo de él. Gracias a PAMI y a LUNCEC recibe el tratamiento normal que se le debe a toda persona humana, en cualquier situación que se encuentre".

El Obispo argentino señaló que "entendemos, respetamos y guardamos silencio sobre el peso afectivo que esta situación puede generar en sus allegados de sangre. Rezamos por ellos".

El pedido a la familia para que "nos confíen a Marcelo para que, junto con LUNCEC, cuidemos de su persona y de su vida, hasta que su curso en esta tierra se cierre naturalmente" lo hace la Iglesia con el convencimiento "de que el derecho a la vida es el primero y fundamental de todos los derechos".

"En nuestra condición de cristianos reconocemos a Dios como Padre y al prójimo como hermano; por eso nos sentimos comprometidos en cuidar y favorecer la dignidad, la calidad y la sacralidad de la vida humana en todos los tramos de su existencia, cualquiera sea su estado de salud".

Citando a la Constitución de Argentina, Mons. Bressanelli señaló que la vida humana se respeta "desde su concepción hasta la muerte natural".

"En Marcelo vemos a Jesús, quien nos recuerda que toda persona es valiosa a los ojos del Padre Dios", concluyó.

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