Después de que un terremoto en el sur de Filipinas dejó al menos nueve fallecidos y miles de desplazados el 15 de diciembre, los sobrevivientes necesitan ayuda material, como agua potable y oraciones.
"Recordemos a nuestros hermanos y hermanas en Mindanao, que experimentaron un terremoto que es aún más fuerte que los anteriores", dijo el Arzobispo de Manila, Cardenal Luis Tagle, en su homilía del 16 de diciembre en la Catedral de Manila, informó CBCP News.
El terremoto de magnitud 6.9 en la provincia de Davao del Sur, en el sur de Filipinas, se produjo un día antes de que muchos católicos filipinos comenzaran a celebrar el Simbang-Gabi (Misa de la noche), una antigua tradición cristiana de Filipinas de preparación para la Navidad en el contexto del Adviento.