Durante la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco recordó que es el Espíritu Santo el que actualiza a la Iglesia y la impulsa más allá de los límites, por ello, exhortó a no ponerle impedimentos sino más bien ser dóciles a su acción.
"El Espíritu Santo es la presencia viva de Dios en la Iglesia. Es el que hace que la Iglesia ande, el que hace que la Iglesia camine. Cada vez más, más allá de los límites, hacia adelante. El Espíritu Santo con sus dones guía a la Iglesia", expresó el Papa al reflexionar sobre uno de los pasajes de los Hechos de los Apóstoles.
Una comunidad de paganos –recordó el Papa- acoge el anuncio del Evangelio y Pedro es testigo ocular de la bajada del Espíritu Santo sobre ellos, pero primero duda en tener contacto con lo que siempre había creído "impuro". Y luego recibe duras críticas de parte de los cristianos de Jerusalén, escandalizados por el hecho de que su jefe había comido con unos "no circuncisos" y hasta los había bautizado. Un momento de crisis interna, que el Papa recuerda con un matiz de ironía.