En su homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta donde reside, el Papa Francisco alentó a los fieles a vivir el espíritu de la pobreza, sin acumular riquezas para uno mismo sino usarlas para el bien común.
Meditado en un pasaje de los Hechos de los Apóstoles que compartían sus bienes, el Santo Padre dijo que el primer fruto del Espíritu Santo en la primera comunidad cristiana es la armonía.
"La comunidad renacida o de aquellos que renacen en el Espíritu tiene esta gracia de la unidad, de la armonía. El único que puede darnos la armonía es el Espíritu Santo, porque también él es la armonía entre el Padre y el Hijo, es el don que hace la armonía. El segundo signo es el bien común, o sea: 'En efecto ninguno entre ellos estaba necesitado, ninguno consideraba de su propiedad aquello que les pertenecía, estaba al servicio de la comunidad. Sí, algunos eran ricos, pero al servicio. Estos son los dos signos de una comunidad que vive en el Espíritu".