Mary Wagner es una católica canadiense de 36 años que se dedica al apostolado pro-vida aun al precio de su libertad y ya no recuerda cuántas veces ha estado en prisión por defender la vida.
Esta semana, Mary –soltera, sin hijos y de escasos recursos económicos– comenzó a cumplir una nueva condena a 40 días de cárcel. Su delito es ingresar pacíficamente a un centro abortista y regalar rosas blancas con mensajes pro-vida a las mujeres que buscan abortar.
Según informa el sitio web ReligionenLibertad.com (ReL), Mary Wagner es "interna asidua de las cárceles de mujeres de Toronto y Columbia Británica", "devota del Rosario y la Madre Teresa, pequeña y frágil, dulce, nada amenazadora". "Su crimen es ofrecer apoyo y alternativas a las mujeres que se acercan a centros abortistas. Cuando la encierran, aprovecha para evangelizar a las internas", explica la nota.