El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, pidió "balancear justicia y misericordia en el trato con aquellos que violan las leyes", pues el criminal no deja de ser hijo de Dios y la cárcel debe servir para que luego de pagar por sus delitos se reinserte en la sociedad.
"El castigo debe proteger a la sociedad, defender el orden público y restaurar la armonía en las relaciones sociales perturbadas por sus crímenes. Sin embargo nuestros castigos también deben ser ‘medicinales’. Nuestros castigos deben contribuir a la corrección moral y la educación de los criminales. Debemos buscar ‘reintegrarlos’ como miembros productivos de la sociedad", expresó el Prelado en su última columna publicada en ACI Prensa.
Mons. Gómez dijo que se debe reconocer el dolor, la pérdida y la tristeza de las víctimas del crimen. "Parte de nuestro problema hoy, es que como un pueblo, estamos hartos de la delincuencia. Estamos indignados por la violencia y el desprecio de la vida humana que vemos en nuestra sociedad. Esto es evidente".