8 de agosto de 2021 / 08:14 PM
Por primera vez desde la Revolución Francesa, los monjes benedictinos regresaron a ocupar la Abadía de Solignac, una histórica edificación cristiana establecida por San Eligio en el siglo VII.
El 1 de agosto, los monjes benedictinos se mudaron a la emblemática Abadía de Solignac, ubicada en Alto Vienne, al centro-oeste de Francia, después de una ausencia de 230 años.
Este evento es considerado providencial por los católicos locales y tiene un significado simbólico, especialmente en un momento en que muchos edificios religiosos en Francia están condenados a desaparecer tras ser demolidos, abandonados o comprados con fines seculares.