El Papa Francisco contó dos anécdotas en el encuentro que sostuvo hoy en la Catedral de esta ciudad italiana con los sacerdotes, los religiosos y los seminaristas, para alertar sobre los peligros de la mundanidad y del apego desordenado al dinero.
Hablando sobre la importancia de las obras de misericordia en la ciudad y poniéndose en el lugar de una religiosa cualquiera que podría hacerla, el Papa narró una situación hipotética: "cerca de mi casa hay una persona que está enferma, querría ir con ella, pero el tiempo que necesito para andar allí es el mismo tiempo de la telenovela, y entre telenovela y hacer la obra de misericordia elijo la telenovela".
Luego recordó que conoce un colegio en el que las religiosas que lo tienen a su cargo, muy buenas por cierto, tenía un departamento y pusieron "en cada habitación un televisor. ¡A la hora de la telenovela no encontrabas a ninguna hermana en el colegio!".