Recientes episodios de violencia contra la Iglesia Católica, que incluyen el asesinato de un sacerdote y el intento de homicidio de un arzobispo, ponen nuevamente sobre el tapete la persecución contra la fe en México y el poder del crimen organizado.
El 22 de mayo, el sacerdote agustino Javier García Villafañe fue asesinado a bordo de su automóvil en la carretera Cuitzeo-Huandacareo. La Fiscalía General del Estado de Michoacán señaló que "fue asesinado de varios balazos".
Días antes, el Arzobispo de Durango, Mons. Faustino Armendáriz, sufrió un intento de asesinato en la sacristía de la Catedral, luego de terminar la celebración de la Misa.