El Arzobispo de Utrecht, Cardenal Wim Eijk, describió la grave crisis por la que atraviesa la Iglesia en Holanda, y comentó que "cada vez que tengo que firmar un decreto para cerrar una iglesia, se me parte el alma".
En una reciente entrevista concedida al diario de Gelderlander, el Cardenal señaló que "me hubiera gustado que todas las iglesia estuvieran abiertas. Cada vez que tengo que firmar un decreto para cerrar una iglesia, se me parte el alma".
Además de la falta de dinero a causa de la falta de fieles, que son las razones que originan el cierre de iglesias, otro serio problema es la edad avanzada de los católicos en Holanda.