La Madre Teresa de Calcuta, conocida en todo el mundo por su testimonio de amor y servicio a los más necesitados, falleció ayer a las 9.30 p.m. (hora local) víctima de un paro cardíaco. La religiosa, de 87 años de edad, sufría de malaria y una seria afección al corazón, que la obligó a abandonar la conducción de la Orden a principios de este año.
La ganadora del premio Nobel 1979 dedico su vida al cuidado de los que cariñosamente llamaba "los más pobres entre los pobres", se ganó el amor y el respeto de millones de personas que la consideraron "una Santa en la tierra" y también dejó un mensaje de amor para los latinoamericanos.
Constantemente afirmaba que veía el rostro de Cristo en los pobres, los desamparados, los enfermos y los moribundos. Dondequiera que viajara su mensaje era el mismo "Amen a los pobres". "Yo pienso realmente que es importante que nos demos cuenta que ellos son nuestros hermanos y hermanas, y por eso debemos darles nuestro cariño y dedicación", decía.