En el mismo día que ha autorizado la publicación de los decretos que reconocen las virtudes heroicas de Juan Pablo II y Pío XII, el Papa Benedicto XVI resaltó que los santos de todos los tiempos, aquellos hombres y mujeres que en su relación personal con Dios llegaron a vivir heroicamente la fe, esperanza y caridad, "no son representantes del pasado, sino que constituyen el presente y el futuro de la Iglesia y la sociedad".
En su discurso esta mañana a los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos en ocasión de su 40º aniversario, el Santo Padre explicó que "cuando la Iglesia venera a un Santo, anuncia la eficacia del Evangelio y descubre con júbilo que la presencia de Cristo en el mundo, creída y adorada en la fe, es capaz de transfigurar la vida del hombre y producir frutos de salvación para toda la humanidad. Además, cada beatificación y canonización es, para los cristianos, un fuerte aliento a vivir con intensidad y entusiasmo el seguimiento de Cristo, caminando hacia la plenitud de la existencia cristiana y la perfección de la caridad".