Las autoridades de Liberia han cerrado el hospital de Monrovia donde el sacerdote español Miguel Pajares contrajo el virus del ébola, en un intento por contener un brote que sólo en este país ya se ha cobrado la vida de 282 personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Numerosos hospitales y clínicas se han visto obligados a cerrar en Liberia tras la detección de casos de ébola, a menudo porque los propios trabajadores tienen miedo de contraer el virus o porque grupos de civiles asaltan el centro para denunciar una supuesta conspiración del Gobierno.
En el caso del hospital Saint Joseph de Monrovia, un centro católico, las autoridades han ordenado su cierre por los contagios registrados entre los propios trabajadores. El director del centro, de nacionalidad camerunesa, ha muerto por ébola, mientras que otros seis trabajadores, incluido Pajares, han dado positivo.