Se trata de una comunidad "muy olvidada, que se puso de pie y pudo urbanizar o realizar la integración urbana, el Tierra-Techo-Trabajo, en escuelas, en clubes, salitas, capillas, hogares".
En otros lugares, "la urbanización son solamente viviendas", pero no hay comunidad. "Acá es al revés: la comunidad fue conquistando derechos con sus propias manos. Falta que el Estado nos haga las viviendas", insistió.
Como contraparte a la ausencia del Estado, "hubo presencia del narcotráfico, la violencia, las armas, que destruyeron la infancia, la juventud, los hijos del barrio", lamentó.
Sin embargo, valoró "la densidad de vida, de esperanza, de sueños, de creatividad, de asombro" que hay en la Iglesia en los barrios pobres. "Eso hay que contagiarlo".
Actualmente, "el desafío es el flagelo de la droga y las viviendas, es lo que a nuestro equipo de curas le toca enfrentar y no podemos mirar para otro lado", aseguró.
También consideró primordial que "todo lo que atraviesa a la parroquia en las villas, se haga desde una experiencia de fe", porque "acá das de comer y das la Comunión".
"Hay una sabiduría popular muy linda que une la fe con la vida, la historia y los desafíos presentes", agregó.
"La iglesia tiene mucho para dar en comunidades organizadas desde la fe, y Francisco te abre la cancha. Cuando uno piensa que está haciendo todo, lo escucha hablar y va abriendo nuevos caminos".
"Creo que como Iglesia y como país no tomamos dimensión de su mensaje, un mensaje programático para adelante, que permanentemente te pone en jaque, te incomoda, te exige abrir nuevos caminos", concluyó.
Julieta Villar
Soy periodista, licenciada en comunicación por la Universidad Nacional de La Matanza en Argentina. Tengo experiencia laboral en organizaciones no gubernamentales. Desde 2016 me dedico al periodismo católico, primero en la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) y, desde 2022, como corresponsal de ACI Prensa para Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia.