Mientras que diversos estados en Estados Unidos consideran legalizar el suicidio asistido, la "muerte con dignidad" aparece como algo claramente distinto para los pacientes al cuidado de las Hermanitas de los Pobres.
En sus 27 años con la orden que cuida de los "ancianos pobres", la hermana Constance Veit asegura que ella nunca ha visto u oído a un paciente pidiendo una prescripción letal.
"Pienso que eso es porque están rodeados con una presencia espiritual y humana cariñosa en nuestros hogares", dijo en una conferencia en la Heritage Foundation (Fundación Herencia) de Estados Unidos.