El atleta olímpico Alan Webb, que participó en los Juegos Olímpicos Atenas 2004 cuando tenía 21 años, relató cómo fue que tras convertirse al catolicismo se dio cuenta que la única carrera que realmente importa en la vida es la que lleva hacia el "oro eterno", es decir la santidad.
En una entrevista concedida al National Catholic Register, Alan Webb, atleta olímpico católico de 38 años, compartió su historia de vida y conversión.
Relató que después de los Juegos Olímpicos de Atenas, donde participó en los 1500 metros planos, sufrió lesiones que afectaron su desempeño como deportista, al punto que no volvió a competir en otras olimpiadas.