14 de septiembre de 2008 / 05:11 AM
Al celebrarse hoy la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa Benedicto XVI celebró la Santa Eucaristía por el 150º aniversario de las Apariciones de Lourdes, y en su homilía destacó que la Cruz nos recuerda que el amor de Dios es más fuerte que la muerte, nuestras debilidades y pecados.
"‘¡Qué dicha tener la Cruz! Quien posee la Cruz posee un tesoro’. En este día en el que la liturgia de la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Evangelio que acabamos de escuchar, nos recuerda el significado de este gran misterio: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para salvar a los hombres. El Hijo de Dios se hizo vulnerable, tomando la condición de siervo, obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por su Cruz hemos sido salvados", dijo el Pontífice tras haber saludado y agradecido a las autoridades civiles y eclesiales por el trabajo realizado durante su visita pastoral a Francia.
El Papa recordó que en la celebración hodierna, "la Iglesia nos invita a levantar con orgullo la Cruz gloriosa para que el mundo vea hasta dónde ha llegado el amor del Crucificado por los hombres. Nos invita a dar gracias a Dios porque de un árbol portador de muerte, ha surgido de nuevo la vida. Sobre este árbol, Jesús nos revela su majestad soberana, nos revela que Él es el exaltado en la gloria".