En su homilía de la Misa de beatificación de Karol Wojtyla, el Papa Benedicto XVI señaló que el ahora Beato Juan Pablo II recuerda a todos, con su vida, sus palabras y su gran ejemplo, el llamado que toda persona tiene a la santidad.
En su homilía, el Papa Benedicto XVI recordó que hace seis años había un profundo dolor por la muerte del Papa peregrino, "pero más grande todavía era el sentido de una inmensa gracia que envolvía a Roma y al mundo entero, gracia que era fruto de toda la vida de mi amado Predecesor y, especialmente, de su testimonio en el sufrimiento".
"Ya en aquel día percibíamos el perfume de su santidad, y el Pueblo de Dios manifestó de muchas maneras su veneración hacia él. Por eso, he querido que, respetando debidamente la normativa de la Iglesia, la causa de su beatificación procediera con razonable rapidez. Y he aquí que el día esperado ha llegado; ha llegado pronto, porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato".