Al recibir al primer grupo de prelados de la Conferencia Episcopal Española que acaban de realizar su visita "ad limina" al Vaticano, el Papa Juan Pablo II denunció el nuevo laicismo que pretende relegar la fe a la esfera privada, y pidió que las profundas raíces cristianas de España sean las que nutran “el crecimiento armónico de la sociedad”.
El Papa recordó que éste "es un país de profunda raigambre cristiana. La Iglesia en vuestra Nación tiene una gloriosa trayectoria de generosidad y sacrificio, de fuerte espiritualidad y altruismo y ha ofrecido a la Iglesia universal numerosos hijos e hijas que han sobresalido a menudo por la práctica de las virtudes en grado heroico o por su testimonio martirial”.
“Yo mismo he tenido el gozo de canonizar o beatificar a numerosos hijos e hijas de España. (...) Las vivas raíces cristianas de España, como puse de relieve mi última visita pastoral en mayo de 2003, no pueden arrancarse, sino que han de seguir nutriendo el crecimiento armónico de la sociedad", indicó.