Incendios forestales causan daños profundos en diócesis de California

Incendios forestales causan daños profundos en diócesis de California
Parroquia de St. Vincent de Paul en Davenport, California, rodeada de un color naranja a causa de los incendios cercanos. Crédito: Diócesis de Monterey.

A medida que los incendios forestales arrasan California (Estados Unidos), abrasando más de 283 mil hectáreas de tierra en múltiples diócesis y causando la muerte de al menos cuatro personas, los católicos en la región piden oraciones y ofrecen recursos a los afectados.

En un comunicado publicado el 20 de Agosto, Mons. Daniel Garcia, Obispo de Monterey, dijo que solo en su diócesis los incendios forestales "han causado profundos daños a las propiedades".

"Cientos de personas han abandonado sus hogares temiendo lo desconocido. De igual forma, muchas de nuestras parroquias han sido evacuadas debido a la proximidad de los incendios", añadió.

En los últimos días, una ola de calor unida a la excesiva caída de rayos encendió la mayoría de las brazas que ahora arrasan el estado. Al menos 60 mil personas han evacuado sus hogares.

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"Aunque podría no ser claro para nosotros, es en momentos como estos en los que estamos llamados a no perder de vista que el Señor está con nosotros incluso en medio de la incertidumbre del momento", dijo Mons. Garcia en su mensaje. "Ustedes y yo estamos llamados a unirnos como el Cuerpo de Cristo, para rezar el uno por el otro, incluso si no podemos reunirnos físicamente".

Erika Yanez, directora de relaciones con los medios de la Diócesis de Monterey, dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, que varias de sus parroquias ya han sido evacuadas.

"Todas las de Dalton, Boulder Creek, Davenport… toda la comunidad de Scotts Valley ha sido evacuada", señaló. "Hay una gran porción del Carmel Valley que ha sido evacuada, tenemos una parroquia ahí".

Una fotografía de la parroquia de St. Vincent de Paul en Davenport, tomada por un miembro de la comunidad, muestra el aire alrededor de la iglesia brillando con un color naranja mientras las llamas se acercaban.

Yanez dijo que hay un centro de retiro en San Juan Bautista que ha abierto para refugiar a familias, aunque en una forma algo restringida a causa de la pandemia de coronavirus COVID-19, y que la diócesis coordinará con Catholic Charities para ofrecer mayor asistencia.

"Quiero asegurarme de que todos sepan que nuestras oraciones están con las familias que están siendo afectadas ahora mismo. Es muy difícil", dijo Yanez.

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Por su parte, el P. Blaise Berg, párroco de la Parroquia St. Mary en Vacaville, en la Diócesis de Sacramento, dijo que "estamos contactando por teléfono a nuestros parroquianos que viven en la zona afectada por el incendio. Un número de casas se salvaron, pero algunas de las casas de nuestros parroquianos no", dijo.

"Nuestro vicario parroquial, el P. Steven Wood, visitó al centro de evacuación cercano y muchos evacuados estuvieron agradecidos de ver la presencia de la Iglesia", añadió.

El P. Berg pidió oraciones, indicando que la comunidad estaba esperando posiblemente más tormentas eléctricas este fin de semana, y que estaban preparados para evacuar nuevamente.

"En un momento como este, vemos la importancia de la oración, así que le pedimos a todos nuestros hermanos y hermanas que tengan en sus oraciones diarias a aquellos afectados por estos incendios a lo largo de todo el estado de California", dijo.

Cynthia Shaw, directora de comunicaciones de la Diócesis de San Jose, dijo que el territorio pasrtoral estaba rodeado por los incendios forestales.

Algunos parroquianos estaban ubicados en las zonas de evacuación y más podrían ser evacuados en los próximos días. Shaw dijo que la diócesis, en cooperación con Catholic Charities, St. Vincent de Paul y bancos de alimentos locales continuarán monitoreando la situación y trabajarán para proveer alimento y refugio, así como mantendrán a las personas actualizadas sobre las zonas de evacuación y otros recursos.

Además indicó que se le está pidiendo a las personas que permanezcan dentro de sus casas y usen máscaras, no solo por la pandemia de coronavirus sino por la pobre calidad de aire causada por el humo, lo que también podría afectar los planes para Misas en exteriores este fin de semana.

Shaw dijo que también están rezando "por los bomberos y socorristas. Ellos tienen una gran cantidad de trabajo por hacer y estamos rezando para que nadie más pierda la vida o resulte herido en los incendios".

La pobre calidad del aire también es una de las mayores preocupaciones para la Diócesis de Stockton, dijo su director de comunicaciones, Chandler Marquez, a CNA.

"Hay muchos trabajadores agrícolas migrantes y esos trabajadores agrícolas ya han sido fuertemente impactados por COVID-19", dijo Marquez. "Así que encima de eso… es temporada de cosecha para muchos de los cultivhos ahí afuera y están haciéndolo en estas condiciones (y) eso solo va a hacer las cosas peores para ellos".

Greg Kidder conoce bien lo que es sobrevivir a un incendio forestall de grandes dimensiones. Su casa en Paradise, California, fue destruido en el masivo incendio de Camp Fire en 2018, que casusó al menos 85 muertes.

La parroquia de Kidder, St. Thomas More en Paradise, también resultó quemada, excepto por la iglesia.

"Nuestra iglesia sobrevivió. Pero perdimos el 50% de nuestras construcciones, principalmente el salón de reuniones y la rectoría, y la casa de jóvenes", dijo Kidder a CNA.

"Pero lo más importante es que perdimos a dos tercios de nuestra parroquia. Teníamos a 733 familias aquí. Y entonces después del incendio quedamos alrededor de 150 personas", añadió.

La mayoría de ellos fueron evacuados que perdieron sus hogares y dejaron la comunidad, pero cuatro parroquianos murieron debido a los incendios. Kidder estimó que otros 20 o 30 murieron después del incendio, a causa del estrés que causó, que empeoró enfermedades preexistentes.

"La Iglesia consiste realmente de personas, no tanto de edificios", dijo Kidder. "Las pérdidas humanas, en ese sentido, fueron realmente altas, incluso para una parroquia pequeña como la nuestra".

Después de los incendios iniciales, Kidder dijo que la comunidad parroquial se enfrentó a la pregunta: "¿qué hacemos ahora?".

Kidder señaló que los esfuerzos de recuperación se enfocaron primero en la seguridad y las necesidades básicas de las personas, como alimento y refugio. La comunidad pensó que habrían terminado la reconstrucción en un mes, pero después de más de año y medio continúan reconstruyendo.

El coronavirus lo hizo aún más difícil, lamentó, pues las cadenas de suministros fueron interrumpidas, los costos de materiales de construcción aumentaron debido a la alta demanda.

Hasta el momento, Paradise no ha sido afectado por los incendios actuales, pero ellos pueden oler el humo de un incendio cercano y la idea de otro incendio puede disparar recuerdos traumáticos par algunas personas, dijo Kidder.

"Se vuelve desalentador para muchas personas", indicó.

"Tienes el incendio. Luego tienes el corona(virus), y ahora tienes los costos que aumentan. Tienes este desánimo real. Y luego también siendo un año político, todo se politiza. Y así todo ese nivel de desaliento como que se asienta", dijo.

Kidder, que ha trabajado para su parroquia por más de 25 años, fue asignado como administrador de la parroquia después del incendio de 2018, pues su párroco anterior sufrió de estrés post traumático y tuvo que ser transferido. Aún esperan que se asigne otro párroco a tiempo completo.

"Así que la misión para nosotros como parroquia es mantener esa luz, mantener esa señal de esperanza, de que superaremos esto. No será en nuestros días, pero lo haremos. Y nos hemos mantenido juntos. Hemos logrado reunir a cerca de 300 familias que aún están unidas a (la parroquia) St. Thomas More. Algunos están viviendo en distintas zonas con la intención de volver. Y así, aún hay esperanza ahí", dijo.

Aunque perdió su hogar, Kidder aseguró que trata de mantenerse esperanzado y confiar en el plan de Dios.

Kidder alentó a aquellos que pasan por desastres similares ahora con los incendios forestales a que mantengan la esperanza confiando en Dios, manteniéndose unidos como comunidad.

"No somos la primera persona, el primer grupo de personas que han experimentado esto, y no seremos los últimos", dijo, y añadió que "siempre habrá otro desastre. Solo tenemos que reconocerlo por lo que es y no dejar que nos desaliente".

Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA.

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