Iglesias católicas en Bagdad volverán a celebrar Misas con fieles

Iglesias católicas en Bagdad volverán a celebrar Misas con fieles
Foto referencial. Crédito: Unsplash / Josh Applegate.

El Obispo Auxiliar de Bagdad, Mons. Basel Yaldo, anunció que las iglesias se reabrirán paulatinamente en Bagdad desde el domingo 4 de octubre para celebrar la Misa, luego de estar cerradas por más de siete meses para evitar la expansión del coronavirus.

Mons. Basel, que es colaborador cercano del Patriarca caldeo, Cardenal Louis Raphael Sako, señaló a Asia News que "con mucha esperanza, muchas emociones y mucha felicidad" volverán a abrir los templos de forma gradual después de más de siete meses.

"Con suerte, la situación mejorará en un futuro próximo, aunque nada vuelva a ser como antes. La esperanza sigue viva. Nos dirigimos con optimismo a los fieles y les decimos que regresen a las iglesias, un primer paso en un largo camino", dijo a Asia News.

El Prelado explicó que la decisión fue tomada luego de evaluar la situación de la pandemia en la ciudad y después de que el Gobierno ordenó el regreso de muchas otras actividades.

"Dado que tendremos que vivir con el coronavirus durante mucho tiempo, hemos decidido reabrir gradualmente las puertas de las iglesias. Las mezquitas también están reabriendo", dijo.

"El Gobierno ordenó la reanudación de muchas actividades, por eso también hemos actuado ahora. Es necesario vivir con este virus, siguiendo las instrucciones de los profesionales de la salud y las autoridades, con cuidado mientras se apoya a los fieles", añadió.

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Mons. Basel dijo que el retorno a los templos se dará según los medios de cada iglesia, bajo estrictas medidas de bioseguridad y con un número limitado de personas para poder mantener el distanciamiento social. "Si el templo tiene una capacidad de 550, acomodaremos a un ciento, con un máximo de dos personas por banco", precisó.

El Patriarcado caldeo también dio a conocer la noticia de la reapertura de iglesias y recordó que los fieles que participen en la Eucaristía y las otras actividades parroquiales deberán cumplir de forma estricta las normas promulgadas para evitar el contagio al interior de los edificios.

Indicaron que es "preferible que los ancianos no asistan", pues son los más vulnerables y sufrirían las peores consecuencias si se contagian. Además, dijeron que si algún devoto da positivo después de cada servicio, deberá informarlo al Patriarcado para que puedan darle el seguimiento apropiado.

También dijeron que los sacerdotes deben celebrar de una a tres Misas según la demanda y que el número de fieles que participen deberá ser el "apropiado" según la capacidad de cada edificio, que puede variar entre 50 y 100 según su tamaño.

Sobre la higiene, indicaron que se limpiarán los templos luego de cada servicio religioso y que se colocarán desinfectantes de manos en las entradas de las iglesias.

Además, recordaron que durante la Misa está prohibido besarse, darse la mano y hacer reverencias demasiado cercanas y que todos los participantes deberán "usar mascarillas y guantes" y respetar el "distanciamiento social".

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Irak es uno de los países del Medio Oriente con más afectados por el nuevo coronavirus, además de ello, afronta otros problemas desde hace mucho tiempo como la pobreza y la violencia, que llevaron al país al borde del colapso.

El Cardenal Sako en diversas ocasiones se ha dirigido a los iraquíes para animarlos a aprovechar las "oportunidades" que surgen en medio de la pandemia. Como por ejemplo, el desarrollar una fe "más profunda" y una sociedad más "solidaria".

Mons. Yaldo, quien dio positivo al COVID-19 y se recuperó sin síntomas mayores a diferencia de otro sacerdote de 68 años que murió en solo cuatro días, señaló que "en los últimos siete meses, la gente ha tenido mucho miedo, y la mayoría ha optado por quedarse en casa para evitar el contagio".

"Nosotros, como Iglesia, hemos tratado de estar cerca de la gente y apoyar a las familias más necesitadas con ayuda y donativos". Por ejemplo, "cada mes y según las circunstancias, dimos a cada parroquia dos mil dólares para sus necesidades básicas". Además, "mantuvimos viva nuestra presencia espiritual visitando a las familias, celebrando la Misa y orando en línea".

El Prelado también destacó que "una de las cosas positivas que surgieron durante estos meses de pandemia es precisamente la solidaridad que la gente siente en una Iglesia viva que no descuida a nadie".

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