El Primer Ministro británico, Tony Blair, anunció ayer, después de haber recibido el pedido que hiciera la Iglesia en el Reino Unido, que no se exceptuará a las agencias católicas de adopción de la ley que las obliga a entregar niños a parejas homosexuales.
Ante este hecho el Arzobispo de Westminster y Presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Cardenal Cormac Murphy O’Connor, y el Arzobispo de Glasgow, Mons. Mario Conti, expresaron su desacuerdo con la medida y éste último precisó que no cerrará sus programas de adopción sin dar pelea.
El Cardenal O’Connor manifestó que "estamos, de hecho, profundamente decepcionados ya que no se otorgará la excepción a nuestras agencias y no se defenderá así las creencias religiosas". "Este debate ha despertado asuntos importantes para el bien común de la sociedad", añadió y precisó que "existe una tarea urgente de lograr un nuevo consenso sobre el rol público de las organizaciones religiosas y la salvaguarda de sus derechos".