El Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, Mons. Jozef Michalik, y el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill I, emitieron un documento conjunto titulado “Mensaje común a los pueblos de Rusia y de Polonia” como un profundo gesto de reconciliación entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia Católica en Polonia.

En el manifiesto conjunto, emitido el 17 de agosto, los líderes religiosos hicieron un intenso llamado “al perdón, a la reconciliación y al diálogo” para poder sanar las heridas del pasado e iniciar “la vía de la renovación espiritual y material”.

Los líderes religiosos también aludieron a los desafíos actuales de los cambios sociales y políticos, a lo que se suma la creciente indiferencia religiosa y secularización, por lo que indicaron que “tratamos de empeñarnos a fin de que la vida social y la cultura de nuestros pueblos no sea privada de los valores fundamentales sin los cuales no existe un futuro de paz duradera”.

“Queremos reforzar la tolerancia y, sobre todo, queremos defender las libertades fundamentales, en primer lugar la libertad religiosa y el derecho de la presencia de la religión en la vida pública”, indicaron.

Mons. Michalik y el Patriarca Kirill I abordaron en su mensaje el clima de hostilidad a Cristo y los fuertes intentos por promover el aborto y la eutanasia, que calificaron como pecados graves “contra la vida y deshonor de la civilización moderna”.

A esta problemática sumaron el mal llamado “matrimonio” entre personas del mismo sexo, el rechazo de los valores tradicionales y la eliminación de los símbolos religiosos en la esfera pública.

“El laicismo falsamente entendido toma la forma del integrismo y es una de las formas del ateísmo”, subrayaron.

Los líderes religiosos también exigieron respeto y defensa de la familia, fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, porque es “la cuna de la vida”, además de “garante de estabilidad social y signo de esperanza para la sociedad”.

Al concluir su mensaje, Mons. Michalik y el Patriarca Kirill I remarcaron que “Cristo resucitado es la esperanza para nuestras Iglesias y para el mundo entero”, e invocaron la protección de la Virgen María, por quienes rusos y polacos comparten una gran devoción, en el trabajo de reconciliación y acercamiento de ambas naciones e Iglesias.