Hoy, 6 de noviembre, recordamos a San Alejandro de Sauli, santo nacido en Milán (Italia) en 1535, modelo de pastor generoso y entregado.
A los 17 años ingresó a la comunidad de los padres barnabitas, siguiendo el llamado que Dios le hacía a la vida religiosa. Luego de ordenarse como sacerdote, empezó a predicar con tal elocuencia y tan formidable doctrina que San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, lo invitó a predicar la cuaresma en la catedral.
Fue nombrado superior general de su comunidad y el mismísimo Arzobispo Borromeo lo designó su confesor. Su fama de santidad empezó a extenderse hasta que llegó a oídos del Santo Padre Pío V, quien lo nombró obispo de la isla de Córcega.