1 de octubre de 2019 / 11:29 AM
Este martes, memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, el Papa Francisco preside en la Basílica de San Pedro la oración litúrgica de las vísperas con ocasión del inicio del Mes Misionero Extraordinario, convocado con el lema "Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo".
A continuación el texto de la homilía pronunciada por el Santo Padre:
En la parábola que hemos escuchado, el Señor se presenta como un hombre que, antes de partir, llama a sus siervos para encargarles sus bienes (cf. Mt 25,14). Dios nos ha confiado sus bienes más grandes: nuestra vida, la de los demás, a cada uno muchos dones distintos. Y estos dones, estos talentos, no representan algo para guardar en una caja fuerte, sino una llamada: el Señor nos llama a hacer fructificar los talentos con audacia y creatividad. Dios no nos preguntará si hemos conservado celosamente la vida y la fe, sino si la hemos puesto en juego, arriesgando, quizá perdiendo el prestigio. Este Mes misionero extraordinario quiere ser una sacudida que nos impulse a ser activos en el bien. No notarios de la fe y guardianes de la gracia, sino misioneros.