El Papa también se refirió a la "relación inquebrantable" entre el amor conyugal y la transmisión de la vida: "Hablo del respeto absoluto a la vida humana, que ninguna persona o institución, privada o pública puede ignorar", aseveró el Pontífice.
"Por ello, quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral", añadió, porque "nunca se puede legitimar la muerte de un inocente" ya que "se minaría el mismo fundamento de la sociedad".
"¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas?" se preguntó Juan Pablo II.
El Gobierno del PSOE aprobó al año siguiente una ley de aborto en España basada en tres supuestos despenalizadores que se convirtió en una ley de aborto libre de hecho a lo largo de los años, hasta que fue instaurado como derecho en el año 2010.