El Departamento de Sanidad inglés avaló la actitud del Servicio Británico de Recomendaciones sobre el Embarazo, que propone a las mujeres que desean abortar pasadas las 24 semanas de gestación hacerlo en España, aunque se trate de un procedimiento ilegal en el país ibérico.
El escándalo se desató el año pasado, cuando el Sunday Telegraph reveló que dicha entidad inglesa enviaba a las mujeres a abortar a la clínica Ginemedex de Barcelona, sin tener en cuenta las restricciones propias de la legislación española.
En España el aborto está permitido dentro de las primeras doce semanas si es por caso de violación y hasta la semana 22 si el niño presenta malformaciones; también está permitido si existe peligro para la salud física o psíquica de la madre. Todas estas consideraciones no fueron tomadas en cuenta por el Servicio Británico de Recomendaciones sobre el Embarazo al momento de derivar a las gestantes a la clínica española.