Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), las agencias de investigación médica más importantes del Gobierno de los Estados Unidos, revirtieron las restricciones impuestas a la investigación, financiada con fondos federales, que utiliza tejido y órganos fetales de bebés abortados.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), del que forman parte los NIH señaló el viernes 16 de abril que eliminaría el requerimiento impulsado por el Gobierno de Donald Trump en el 2019, el cual procuraba que una junta asesora de ética federal revise todas las propuestas para investigación del tejido fetal.
Tom McClusky, presidente de la organización provida March for Life Action, calificó el anuncio de "muy decepcionante".